por
Ana Fierros
Si me ofrecieran exquisito vino
servido en la más fina copa
sin duda preferiría cambiarlo
por catar la miel de tu boca
Si me brindaran la riqueza
de una mina dorada,
diría que posee mayor valor
la sinceridad de tu sonrisa anhelada
Porque ni por el Carro de Helios
en los destellos de la alborada
cambiaría, cariño mío,
el inocente resplandor de tu mirada.