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Terremoto

por
Jael Uribe
Santo Domingo,
 República Dominicana 
 
 
¡Levántate de las ruinas y clama misericordia! 

Sé que tu cabeza muerde el polvo

y tus pies se posan sobre vidas marchitas que ignoran la gloria.

Que se estremecen con fuerza las cimientes de tu tierra y de tu alma.

Que se cierne en tu mirada la arena del tiempo.

Que tus ojos no distinguen entre la realidad y la farsa.

Sé que zumban tus oídos

Mientras preguntas: “¿Qué pasa?”

Quieres caminar al frente y

te das cuenta de que tus pies yacen

aplastados por las paredes de tu casa.

Escuchas gritos por todas partes.

Gente despavorida que huye en masa,

mientras la tierra es henchida, alimentada por sus carnes,

absorbiéndolo todo a bocanadas.

Cierras tus ojos ante el horror que tanto dolor te causa.

Se rompen tus uñas en la desesperación de la bestia

que araña por escapar de su jaula.

Pero ten fe hermano de mi alma,

aunque tu pena sea amarga.

Aunque se acalambren tus extremidades

y se accidente tu piel deshidratada.

No importa que tus labios se sequen
por la inclemente sed que te embarga,
O que nadie sacie con pan tu hambre atrasada.
¡Qué no se canse de pedir tu corazón! 
  
 ¡Qué no se agoten sin orar tus palabras!

¡Recoge los pedazos de las ruinas de tu pasado!

Y crea con ellas un futuro de esperanzas.

No por llorar mirando al suelo,
te olvides de levantar los ojos y ver el alba.
Habrás perdido tu pies, pero ¡jamás!
de vivir las ganas.