por Ana Fierros
Acércate,
susúrrame tu melancolía
mientras sorbes gota a gota mis anhelos;
sílaba a sílaba
romperás tu carlanca
que mantiene alejadas a las sacerdotisas de Eros.
Percibe
cómo tu lengua lentamente se desenrolla,
le concedes sutiles movimientos
y danza cual libre hoja al viento.
No te detengas,
libérala,
libérate,
libérame,
liberémonos.