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Julieta

por Pavel Santa Rosa
Ciudad Mendoza, Veracruz

Miro el sol naciendo
magnífico tras tus rodillas,
miro desde el horizonte
perfecto de tu pubis.
Qué insoportable encuentro
la distancia que hay de tu ombligo a tu boca,
entre tus senos donde gasto
y revivo mi infancia.

Cuando me siento a soñar
sobre la parte más blanda de tus muslos
y me antojo de tu piel
que huele a guayaba,
imagino que de alguna manera
Dios tiene piel de guayaba,
imagino a Dios sentado sobre tus muslos
comiendo guayabas.

Qué frágil encuentro
la luna entre la noche y su recuerdo,
inevitablemente te recreas en mi pupila,
jugando con la luna, perdida en su periferia
como de igual forma
te pierdo en alguna lágrima de humo.

Me gusta comer por las tardes
de tu costillar de arpa,
cuando es lunes y te sientas a la mesa
con las orejas y la nariz de los viernes
con la falda azul,
trozo de cielo al que tejo mi nombre sordo.
Me gusta comer algunas tardes de tu silencio,
frágil tregua entre tu boca y la nada.

Dib_Jaime