por Fernando Santos
Siete pecados provocas,
eres veneno para mí.
Como el pecado original,
eres la causa del desastre.
Lujuria, al verte tan bella y sensual
radiante de tentación,
incitas mi perversión.
Avaricia, al exigirte que me des cada noche mucho más,
recibir de ti todo a cada instante
y pagarte quizá con una pequeña caricia
o una simple mirada.
Pereza, al no querer cambiar.
Me haces sentir un campeón al poseerte,
con eso basta, ¿acaso no es suficiente amarte?
Soberbia…, estoy por encima de todos,
soy fascinante, dominante.
Ira, mal humor, digo cosas sin pensar.
Ira y destrucción para calmar esta aflicción.
Ira al saber que te puedo perder.
Gula, pues jamás sacio mi apetencia de ti,
de la miel que haces brotar de tu intimidad,
de tu piel de queso y tu lengua aframbuesada.
Envidia, por los que miras e imaginas,
por los amigos que aún recuerdas y con los que sueñas
Me haces pecar,
¿cómo puedo evitarlo?