Roberto Jiménez
La soledad se mudará conmigo, en mi
lecho dormirá, todas las noches con su
manto tibio el alma me abrazará, será
mi entrañable compañera por toda la
eternidad.
La vi hacer sus maletas para mudarse
a mi hogar, empacó entre todas sus cosas
mucha angustia y solo un poquito de
tranquilidad. No se le olvidó el silencio,
para esos días en los que no se quiere
escuchar, ni las lágrimas en los ojos para
cuando a nadie se le quiere mirar.
Guardó un nudo destinado a mi garganta
para evitar decir palabras tontas
que me hagan tropezar, y un puñado de
amnesia para esas noches en que se quiere
olvidar; entre sus pertenencias, mucha
tristeza para los momentos difíciles que
aún me faltan por pasar; un espejo de
cuerpo entero para las ocasiones en las
que olvide quién soy y necesite regresar
a mi realidad; un par de bofetadas, para
cuando quiera perder el control de mis
actos y con ellas hacerme despertar.
Cargó también con ungüentos para
cuando mis pies cansados ya no quieran
continuar y mi alma fatigada decida
regresar a la felicidad.
La soledad se mudará conmigo, en
mi alcoba habitará, me ha susurrado al
oído que jamás me dejará, que abrazada
de mi cuerpo, en silencio y humedad,
se aferrará cada noche hasta alcanzar
perpetuidad. Se mudará conmigo, ya no
lo puedo evitar, solo me queda un vacío, la
melancolía, las ganas de no despertar…, y
acostumbrarme a su presencia hasta el día
de mi final.❧